En la Facultad de Ciencias de la Comunicación no debería
de pasar que haya profesores que tengan menos ganas de dar clase que las que tiene
el alumnado de ir a ellas. Pero como no todos los profesores son iguales y no
quiero que los que hacen bien su trabajo se sientan ofendidos voy a nombrar de
paso a algunos de ellos, véase el ejemplo de la profe de derecho o la de
publicidad que teníamos el año pasado (perdonad que no me acuerde ni de sus
nombres).
En la UMA tampoco debería de pasar que vengan
alumnos/as a “vacilarle” a los compañeros y profesores para ser el líder de la
manada y que todo el mundo le ría la gracia, aunque lo lamentable es eso, que
hay gente que le ríen las tonterías. También cuenta la leyenda que hay algunas
alumnas que tienen más maldad que la niña del pozo y cogen y desconectan los
ordenadores de sus compañeros o se ríen del resto en las exposiciones.
Del mismo modo que tampoco debería de pasar que en
nuestra facultad contemos con “gran” equipo audiovisual y que nos pongan 20.000
trabas para poder utilizar ese material que entraría dentro de la formación que
recibimos tras haber pagado un dineral de matrícula. Aquí es donde le doy las
gracias a los profesores de técnica y edición porque la única cámara de vídeo
profesional que he visto ha sido la de la portada de Peter Ward.
Tampoco debería de pasar que cada vez que estemos
dentro de un aula sin un profesor venga uno de mantenimiento a preguntarnos qué
hacemos con las luces encendidas, como si fuese anormal que estudiemos con la
luz encendida.
En fin, no todo es malo, en estos 2 años
universitarios también me he encontrado con otras cosas que inclinan
indudablemente la balanza hacía lo bueno.
Firmado por: Gálata Ludovisi
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