Les Luthiers, del francés lutherie, que significa creador de instrumentos musicales (de cuerda, en un principio), es un grupo argentino de artistas que hace honor a su nombre: ellos mismos, con objetos cotidianos, construyen una gran parte de los instrumentos que utilizan para sus funciones, Y éstos no se limitan a sencillos artefactos de percusión, como en las hace muy poco de moda batucadas, sino que son sofisticados instrumentos de cuerda (como la mandocleta), viento (como el glamocot) o incluso electrónica (como la exorcítara); dejándonos todos con nombres tan originales como la violata.
Es difícil decir exactamente de qué es el grupo de Les Luthiers: son tan músicos intérpretes, como compositores, tan mimos como poetas, tan actores de teatro como fabricantes de instrumentos... Pero no es ésta la clave de su éxito: son humoristas; unos grandes humoristas.
Haciendo gala de un humor inteligentísimo, referencias de todo tipo, al cine, la poesía o la pintura y una forma muy elegante, en un espacio permanente para la reflexión, de realizar críticas verdaderamente mordaces, llevan ya más de 45 años regalando sonrisas. Son unos veteranos del escenario, cinco genios que dejaron sus diferentes especialidades académicas para unirse en torno a un misma pasión, creando con ello una función imperdible. El más “macanudo” de los espectáculos. Arte en estado puro.
“De cada diez personas que ven la televisión, cinco son la mitad.”
Les Luthiers
PD: como añadido (y tras un dificilísimo proceso de elección... ¡Es que son todos tremendos!) dejo un número de uno de sus últimos espectáculos: Lutherapia. En él puede verse la forma más común de organización de sus representaciones: una introducción hablada al número siguiente, generalmente por pocos personajes, y un número musical, teatral o las dos cosas a la vez (que es lo más común y su estilo más propio). Éste, mayormente musical, hace honor claramente a la genial obra Rhapsody in Blue de G. Gerwshin (que, por cierto, tiene una adaptación hecha por Disney en Fantasia 2000 también imperdible).
Francisco J. Romero G.
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