El director y escritor de esta tragicomedia de los años 90 nos propone una historia de personas, incomunicación, encuentros, soledad, adopción, prejuicios… Mike Leigh trata de forma magistral la comunicación familiar, tema central de la película.
La película se desarrolla en Londres, como la mayoría de las películas de Mike Leigh, y se centra en la vida de Hortensia Cumberbatch (Marianne Jean-Baptiste). La joven, de raza negra, acaba de perder a su madre adoptiva, por lo que comienza la búsqueda de su madre biológica. Al final logra contactar con su madre, Cyntia Purley (Brenda Blethyn), un personaje totalmente desgraciado que no para de llorar durante toda la película, que emociona por su simpatía y su sinceridad.
La historia destaca sobre otras por su sencillez, sin parafernalias ni relleno. Con un presupuesto austero consigue una película digna y emotiva, en la que los sucesos ocurren de manera natural y sincera, incluso el humor aparece en algún momento de la narración. A lo dicho anteriormente hay que sumarle la espontaneidad, ya que la improvisación es parte de la técnica usada por Leigh en la creación de sus películas. Él mismo reconoce que, en ocasiones, oculta a los actores el final del relato hasta el momento de su filmación, con ese secretismo consigue una interpretación prácticamente improvisada, lo que le da a la película gran llaneza.
De instrumentos de cuerdas y viento se compone la música de Secretos y mentiras, compuesta por Andrew Dickson. La banda sonora consigue acompañar en todo momento a unos personajes caracterizados por la soledad, y transmitir los principales problemas que le ocurren a esta familia.
De instrumentos de cuerdas y viento se compone la música de Secretos y mentiras, compuesta por Andrew Dickson. La banda sonora consigue acompañar en todo momento a unos personajes caracterizados por la soledad, y transmitir los principales problemas que le ocurren a esta familia.
Un momento curioso lo encontramos cuando Maurice, el hermano de Cynthia, está realizando su trabajo como fotógrafo. En su estudio realiza fotografías de familias en las que se observan características propias de la vida real, como pueden ser sonrisas falsas, caras de circunstancia o poca proximidad entre los miembros de una familia. Es divertido a la vez que impresionante el artificio que se crea en una fotografía familiar, cuando la mayoría está actuando y verdaderamente no sabe ni qué hace ahí. Nada es verdadero en ese tipo de fotografías, todo es forzado y antinatural, y aún así quedamos satisfechos.
Hay varias partes de la película que destacan por encima de las demás, son momentos donde la emoción llega a su clímax y el espectador se introduce, más si cabe, en la historia. Un ejemplo es la escena del bar en la que Hortense le afirma a Cynthia que es su hija, ésta le dice que ella nunca se ha acostado con un negro y de pronto recuerda que sí lo hizo; en ese lugar se produce el plano más largo de la película, un plano fijo de unos ocho minutos de duración que se realizó solo una vez. Os dejo esta escena en la que la actriz Brenda Blethyn (Cynthia) descarga todo su potencial artístico.
Otro momento destacable es la dualidad que Mike Leigh consigue al contraponer el inicio de la película, un funeral, con el final, un cumpleaños. Marca dos momentos muy importantes para el ser humano, uno significa el fin de la vida, y otro la continuidad de ésta.
Secretos y Mentiras es, sin ninguna duda, la mejor película de Mike Leigh. Sencillez en la narración, buena dirección y magnífica interpretación es el resumen de esta conmovedora historia.
Samuel García Martín
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