martes, 2 de abril de 2013

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Poesía en las calles de Málaga

De Málaga pueden decirse muchas cosas: su clima, sus lugares, sus servicios públicos, sus fiestas... Todo serviría para crear una imagen reconocible de la capital malacitana; como de cualquier otra localidad. Yo, cada día, estoy más convencido de que lo que al final define a una ciudad es su gente: son todas y cada una de esas pequeñas individualidades las que dan vida a las avenidas vacías, las que conforman y modifican los espacios públicos, las que aportan un significado a la existencia de las calles y las que influyen directamente en la experiencia propia que tenemos de la ciudad. Los malagueños, día tras día, construyen Málaga.

Una pequeña parte de esos malagueños, reunidos bajo el estandarte de la música y la poesía, se encontrará el próximo sábado 13 de abril de 2013 para la realización de un proyecto que llevan meses alimentando: se trata de un paseo por las calles de Málaga; un paseo muy particular.

Auspiciado por la tecnología de Locative Audio (en cuya página web podéis encontrar más información acerca del proyecto así como el horario detallado del evento) el grupo recorrerá los espacios más reconocibles del centro de la ciudad mientras escucha unas creaciones sonoras, inspiradas en cada uno de los lugares visitados, que se reproducen automáticamente en función de la localización del dispositivo móvil (mediante el GPS del mismo) gracias a una aplicación disponible para todo aquel que quiera descargarla. Estas creaciones son una colaboración conjunta de jóvenes poetas y músicos malagueños y, por lo tanto, otra forma de conocer Málaga mediante su gente.

El proyecto también es un evento simultáneo que se realiza en otras ciudades del mundo y en el que tengo la suerte de participar como poeta (encargado de la Plaza de la Constitución). Con todo ello, recomendada ya la cuestión, dejo aquí mi humilde granito de arena (sólo literario):

Cuando las calles duermen, los árboles se abrazan, 
y, solas, las farolas conversan entre ellas
(sobre su parentesco ancestral con las estrellas)
la voz del pueblo, libre, resuena en las fachadas.

Cuando la noche deja vacías las paradas
y extiende por las casas su manto de tinieblas
el agua de la fuente se escapa de su celda
y baila con los gatos a ritmo de bachata.

Pues es justo a esa hora cuando vuelan los sueños
por la desierta plaza, volviéndose reales
las ilusiones puras de aquellos que quisieron,

                                                            alguna vez, sentir
cumplidos sus deseos.
Allí, en el mismo centro, cuando la Luna sale
resuena en las fachadas, libre, la voz del pueblo.


NOTAS:

Francisco José Romero Guerrero

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