martes, 23 de abril de 2013

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La Tele Mola

No, bueno, en realidad no, yo qué se. La tele está ahí, ¿no? La puedes encender, la puedes apagar... Puedes también tirarla si eres rico y guapo. Pero claro, a tu madre esas cosas no le gustan, porque nosotros no vivimos la posguerra.


La tele también nos servía para ver porno en el Canal 18 antes de internet. Y ese era el buen porno. Ahora que si amateur, que si bukkakke... El porno es porno, y va sobre el amor. Eso lo sabe todo el mundo. El amor a un pene. El nuestro.

Hablando de programación infantil, a mi me impactó cuando vi Digimon por primera vez. "La Isla de los Monstruos" la llamaba yo, y se lo decía a mis vecinos. Me avergüenzo de mi pasado. También me gustaba una serie que se llamaba Yaiba de la que apenas me acuerdo. Y Lum, la chica invasora, que tenía el pelo verde y buen culo.
Me sabía de memoria todos los anuncios de la tele-tienda cuando era niño, porque sólo hacía eso los fines de semana por la mañana, mientras mi madre me tapaba la vista pasando la fregona. Yo me enfadaba, pero  siempre supe que lo hacía por mi bien. Porque la casa debe estar limpia aunque no tengas para comer. Se llama vanidad, según dicen ciertos teóricos sobre el comportamiento humano en espacios pequeños.

En cuanto a la tele, pues me gusta. O no. O qué se yo. En realidad lo bueno es la cerveza. Me gusta la cerveza. La tele no tanto. La cerveza si. Y las tetas.

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