martes, 19 de marzo de 2013

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Amores imposibles




Y allí estaba ella, con la mirada perdida, como ausente... a veces pienso que ni siquiera sabe que existo. ¿Estaremos condenados a eso? ¿A ser solo amigos para siempre? Jamás olvidaré esas tardes de verano, paseando por el parque, picoteando entre las ramas. El brillo de sus plumas al atardecer, su mirada profunda y a la vez vacía.

Recuerdo cuando nos conocimos, para mí fue un flechazo. Era un precioso día de feria, y decidí ir a los coches del choque, a ver si pillaba algo. Y entonces la vi, y fue algo indescriptible. Nuestras miradas se cruzaron y comenzó lo que desde entonces fue nuestra canción.

"Como podia entrarle a ese pedazo de chorva, 
no la keria sustar como asustaba a las otras, fui a por

ella y le dije qieres montar conmigo, ella me dijo
de acuerdo pareces un buen xiko. No la miraba a
los ojos pues me daba verguenza, ni la podia mirar
directamente a las tetas, asi empeze a chocarle
lentamente a los otros y ella se sujeto fuerte ami
brazo y a mi hombro."


Pero jamás quiso nada conmigo, solo amigos. Lo cierto es que me sentía como un imbécil, viendo como se liaba con todos esos gallos y algún que otro animal de granja, mientras yo le pagaba las copas. Pero es que estaba locamente enamorado de ella.

Y se acabó todo, simplemente se fue, se marchó volando sin decir adiós. Supe por algunos amigos que estaba planeando irse a Miami, y retomar su carrera de detective privado, o tal vez ir al KFC y convertirse en un nugget como le decían sus padres. El caso es que se marchó, pero jamás podre borrar la huella que dejó en mi corazón.
                                                  




Adiós pollo, adiós.

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