martes, 19 de marzo de 2013

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Cómics



Mis cómics, mis puertas a otra realidad... Igual soy el raro de la familia, el que no crece nunca, el que sigue disfrutando de las viñetas como si fuesen ventanas a otro universo, el niño grande...

Pero me gusta ser como soy. También me gustan los que opinan que el cómic es para niños, me encanta discutir con ellos. Intentar hacerles ver que el arte secuencial nace antes incluso que el propio lenguaje estructurado es como tratar de enseñar latín a un mapache en celo... Pero me encanta intentarlo, es mi oportunidad para explicar una pasión, para tratar de situar a quien escucha en los ojos de un enamorado de aquel que llaman el noveno arte.

No puedes morir sin haberte emocionado con las viñetas de Eisner o sin haber elogiado la creatividad infinita e inagotable de Moebius... El cómic me atrapó a los cinco años y no quiso soltarme jamás.

El cómic me ha hecho llorar, reír, estremecerme, me ha hecho desear estar dentro de esas páginas y vivir situaciones que nunca podrían representarse en la gran pantalla o en una novela con tantísima fuerza. El cómic ha hecho que desee con todas mis fuerzas ser algo más para el, y puede que por ello me haya elegido a mí... puede que por su culpa haya elegido ser dibujante, pero nunca he estado tan orgulloso de mí mismo, porque se que con mi profesión, el cómic y yo moriremos juntos.

F.L.A.S.H.

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