Y allí estaba ella, con la mirada perdida, como ausente... a veces pienso que ni siquiera sabe que existo. ¿Estaremos condenados a eso? ¿A ser solo amigos para siempre? Jamás olvidaré esas tardes de verano, paseando por el parque, picoteando entre las ramas. El brillo de sus plumas al atardecer, su mirada profunda y a la vez vacía.
Recuerdo cuando nos conocimos, para mí fue un flechazo. Era un precioso día de feria, y decidí ir a los coches del choque, a ver si pillaba algo. Y entonces la vi, y fue algo indescriptible. Nuestras miradas se cruzaron y comenzó lo que desde entonces fue nuestra canción.
"Como podia entrarle a ese pedazo de chorva,
no la keria sustar como asustaba a las otras, fui a por
ella y le dije qieres montar conmigo, ella me dijo
de acuerdo pareces un buen xiko. No la miraba a
los ojos pues me daba verguenza, ni la podia mirar
directamente a las tetas, asi empeze a chocarle
lentamente a los otros y ella se sujeto fuerte ami
brazo y a mi hombro."
Y se acabó todo, simplemente se fue, se marchó volando sin decir adiós. Supe por algunos amigos que estaba planeando irse a Miami, y retomar su carrera de detective privado, o tal vez ir al KFC y convertirse en un nugget como le decían sus padres. El caso es que se marchó, pero jamás podre borrar la huella que dejó en mi corazón.
Adiós pollo, adiós.
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