Yo no sé, mirá, es terrible cómo hay tantos
gays en la facultad de comunicación. Están todo el tiempo, afuera tupidos y
grises, aquí contra el balcón con sus peinados cuajados y duros, que hacen plaf
y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro qué insoportable. Ahora aparece
un gay en lo alto del marco de la ventana, se queda temblequeando contra el
cielo que lo triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a
caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendido con todas las uñas, no
quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la
barriga, ya es una situación insoportable que cuelga majestuosa y de pronto zup
ahí va, plaf, deshecho, nada, una viscosidad en el mármol. La facultad está
plagada.
Pero hay gays que se suicidan y se entregan en
seguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración
del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que los emborracha en esa
nada del caer y aniquilarse.
Tristes gays, redondos inocentes gays. Adiós gays.
Adiós.
Por Gabriel Vargas Zapata
o.0 me he perdido...What?
ResponderEliminarAhora solo tienes que encontrarte
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