miércoles, 27 de marzo de 2013

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Málaga casi me mata, literalmente.

"Mi retrato" por: Dibujante de Calle Larios


Cuando supe de este ejercicio me propuse salir a conocer un poco mas la ciudad de Málaga ya que apenas la he explorado desde que llegue hace un mes desde la tierra de Alá.

Lo primero que me sorprendió fue las pocas tiendas de armas que tenéis, es decir, allí en mi tierra las armas no se compran (se heredan), y al llegar aquí lo mas peligroso que he visto ha sido una navaja oxidada que un amable vagabundo me quiso regalar. Si que tengo que destacar la amabilidad de los Malagueños, estaba tan empeñado en que me llevara la navaja a casa que acabo clavándomela en un brazo, accidentalmente.

Lo mejor de Málaga es su gente y su clima fresquito, pero sobretodo, que nunca para de sorprenderte.
Seguí caminando y vi que muchos hombres se paraban alrededor de uno que contaba jocosas situaciones y todos reían juntos. Sus chanzas me animaron y les conté un chiste que mi Baba me enseñó:

Le pide un hijo a su baba que le enseñe los nombres de los dedos de la mano y el badre le explica:
-          El brimero es el legal, sirve bara firmar los babeles imbortantes. El segundo es el autoritario, sirve bara dar las ordenes. El tercero es el baginal y se usa mojado...ya sabrás bara qué. El cuarto es el matrimonial, allí te bones el anillo y el quinto es el buscador, busca en la nariz, orejas.

-          Berdone usted badre, no tengo muy claro bara que servía el tercero...

-          Ahhhhh, el tercero, hijo te dije que era el baginal...te lo mojas un boco con saliva y...sirve bara basar las báginas...bágina uno, bágina dos...y así hasta que termines de leer al libro...

No entiendo Málaga, nadie se rió y la policía me echa de allí. La herida se me ha infectado.

-Saúl Roldán Álvarez-

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